jueves, 3 de noviembre de 2016

LOS PARADIGMAS PRODUCTIVOS TAYLORISTA Y FORDISTA Y SU CRISIS

Lic. Adriana Vitoli


EL FORDISMO

La norma de producción fordista se basó principalmente en la incorporación de nuevas tecnologías y la intensificación del trabajo mecanizado. Sobre la OCT de Taylor incorporó la cadena de montaje, ideas apropiadas y adaptadas de otras empresas, cerealeras y frigoríficas que ya las utilizaban.
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La aplicación de está metodología- la incorporación de la cinta transportadora- le permitió la construcción en serie y masiva de automóviles que permitió el traslado de piezas y de máquinas de manera continúa dentro del establecimiento.
El ritmo de trabajo lo impone la velocidad en la cual circula la cinta que transporta las piezas de trabajo, que se combina con el proceso tayloriano de producción, ya que la coordinación especializada de movimientos y la presteza en las acciones de los operarios alcanzan un dominio de los tiempos de producción para que no se entorpezca ni se trabe el proceso productivo. Eliminando de esta manera los tiempos muertos entre procesos.
La cadena de montaje necesita del aprovisionamiento permanente de piezas, por esta razón es ella la que ordena de manera sistemática, no solo la cadencia sino que ellas deben tener características homogéneas para poder ser ensambladas.

Ford incrementó el plus valor relativo, ya que para aumentar la productividad intensificó la mecanización del proceso de trabajo para aumentar la productividad de las máquinas, lo cual lo diferenció sustancialmente de Taylor, quien para aumentar la productividad intensificó el ritmo de trabajo de los operarios- plus valor absoluto -.

La incorporación de tecnología realizada por Ford, tenía como objetivo final la economía de escala unitaria, y el aumento de la masa de ganancias, a pesar de la disminución de los precios unitarios.
La consecuencia inmediata fue el rechazo de los trabajadores calificados , que vieron en esta forma de producción una perdida en sus calificaciones y la profundización de la fatiga por lo tanto altamente resistida por éstos; Manifestándose en el alto ausentismo y la rotación . Lo que obligo a tomar a trabajadores extranjeros emigrados de zonas rurales, que obviamente traían consigo una carga cultural y la inexperiencia propia de aquellos que no habían vivido aún un desarrollo industrial.
No conocían el idioma, ni estaban predispuestas a disciplinarse rápidamente a esta nueva cultura impuesta desde la línea de montaje.
Las dificultades con las que Ford se encontró lo obligo a pensar de manera integral este problema, y buscar soluciones que involucrara a los trabajadores en el modo de vida americanista de la época, cambiando sus pautas de consumo e introducirlos a los valores de la cultura industrial.
Para lograr este objetivo Ford, incremento a cinco dólares por día el jornal a cada trabajador, lo que llevo a estos a modificar su comportamiento dentro y fuera del ámbito de la empresa debido a que disponían de una mayor capacidad de consumo.
La instalación de la línea de montaje profundizo aún más la división que inició el Taylorismo, “..permitió llevar hasta el límite de los posible, aunque con otros métodos, la sistemática división social y técnica del trabajo inaugurada décadas antes por Taylor”.

Alain Lipietz, sintetiza y describe de manera clara el fordismo... “En tanto modelo de desarrollo se puede analizar de tres planos. En tanto principio de organización del trabajo (o paradigma industrial), el fordismo es el taylorismo más la mecanización. Taylorismo significa una estricta separación entre, por una parte, la concepción del proceso de producción, que es la tarea de la oficina de métodos y organización, y por otra parte, de ejecución de tareas estandarizadas y formalmente prescriptas al nivel del taller. La mecanización es la incorporación del saber colectivo de la oficina de métodos al equipamiento material (tanto el hardware como el software). En tanto estructura macroeconómica ( o régimen de acumulación o estructura social de acumulación), el fordismo implicaba que la ganancias de productividad resultantes de sus principios tenían su contrapartida, por una parte, en el crecimientos de las inversiones financiadas por los beneficios y por otra parte, en el crecimiento del poder de compra de los asalariados. En tanto sistema de reglas de juego ( es decir un modo de regulación ), el fordismo implicaba una contractualización a largo plazo de la relación salarial, límites rígidos de los despidos y una programación del crecimiento del salario indexado sobre precios y la productividad general. Pero además, una vasta socialización a través del “estado providencia “ asegurada por la percepción de un ingreso permanente a los trabajadores asalariados, estuvieran o no ocupados. La contrapartida era la aceptación por parte de los sindicatos de las prerrogativas de la dirección. De esta suerte , tanto los principio de organización del trabajo como la estructura macro-económica eran respetados”.

Las otras características que distinguieron al fordismo, fue su estructura organizativa, el gigantismo de sus empresa, su integración vertical, producción masiva de bienes de consumo durable, la utilización de tecnologías basadas en máquinas de propósitos únicos, y división social y técnica del trabajo basada en la utilización de la cadena de montaje.
Además de estas perspectivas microeconómicas, el fordismo se lo puede analizar desde una dimensión macroeconómica, las cuales se verifican en las pautas de producción, de consumo, y de vida. Vinculadas estrechamente al ajuste de salarios por inflación, y por el crecimiento de la productividad, a la activa intervención del estado como regulador de los diferentes intereses que representaban los actores sociales, las clases sociales y como garante de la reproducción de la fuerza de trabajo.

Las bases fundamentales del fordismo se basaron en la organización de la producción que abarco distintos aspectos.
En primer lugar la necesidad de producir bienes de características homogéneas, que permitió la utilización al máximo de las máquinas y herramientas, cuya producción estaba dirigida a un mercado en expansión, pero la oferta de estos productos se hizo fuerte gracias a un mercado cautivo de consumidores, con poco nivel de exigencia en cuanto a la diversidad y la calidad de lo que se ofrecía.
El principal objetivo buscado era la rapidez en la producción y la reducción de los costos unitarios. Una vez que se agotaba el ciclo de vida del producto estandarizado, bajaba la demanda, cambian las necesidades y las modas, por lo que se buscará innovar en otros productos.

La producción masiva integrada verticalmente requiere de un alta densidad de capital por trabajador empleado, pero la lógica aplicada en ese momento llevaba a los empresarios a cubrir todas las áreas de producción y de esa manera evitaban la subcontratación, pensando que de esa manera se evitan las incertidumbres en las entregas de piezas o conjuntos de partes que deberían responder de manera exacta a las medidas y normas predeterminadas.
Esta decisión los obliga a mantener un elevado stock de insumos para evitar interrumpir el ciclo de producción. Lo que llevó cada más a que dentro de cada organización se realizarán todos los insumos intermedios necesarios. Por lo tanto las vinculaciones con empresas proveedoras era cada vez más esporádica.
Lo que es necesario realzar es que las grandes empresas preservaban el empleo en épocas de crisis mientras que los costos del ajuste recaían sobre las contratistas a quienes se disminuía el volumen de producción.

La cinta de montaje necesita – para amortizar más rápido los costos - estar permanentemente en movimiento aumentando la producción. Lo que llevó necesariamente a armar una estructura que contuviera distintos aspectos, vinculados a los stocks de materias primas, una fuerza de trabajo disciplinada, para evitar la rotación y el ausentismo, pautas de consumo acordes al sistema de producción, una disciplina severa dentro de los talleres y la paz industrial, que contenía como contrapartida política de doble sentido, por un lado, las gratificaciones y por otro las pérdidas de primas de producción, suspensiones o despidos. La adhesión a la cultura de la empresa, el disciplinamiento con altos salarios fue el objetivo principal.
La política de marketing se realizaba por intermediarios o agencias quienes diseñaban las estrategias de comercialización, esto producía la elevación de los costos que retrasaban la rotación y reducía los márgenes de ganancia del capital. Las características de producción las imponía un mercado oligopólico, que ha mantenido por más de veinte años un mismo modelo de coche, el Ford T, negro.

Una práctica común utilizada en períodos de crisis y perdida de mercados, era la innovación tecnológica parcial de manera que provocaba una reacción en los procesos productivos, para reducir aún más los costos unitarios y aumentar la economía de escala. La modalidad que se llevaba a la práctica es la elaboración de productos diversificada y de mayor calidad, para satisfacer la demanda de nuevos clientes.
La interacción dentro de un mercado oligopólico con pequeñas empresas permitía realizar este tipo de combinaciones, mientras las grandes empresas seguían produciendo largas series, las pequeñas se adaptaban perfectamente a series cortas y diferenciadas.


La organización de la empresa fordiana
La organización de las empresas fordiana debía cumplir con ciertas características para poder llevar adelante este modelo productivo sin que se viera interrumpido el proceso por razones externas. Algunas de ellas estaban directamente vinculadas al tamaño de su estructura, ya que debía responder a economías de escala, que requeriría una gran cantidad de trabajadores, una infraestructura que permitiera la instalación de la línea de montaje y las máquinas y herramientas especializadas para la producción. Así como el espacio para poder almacenar las materias primas y la producción realizada.

Por la propia característica de economía de escala, el comportamiento que emergía de estas empresas era de carácter oligopólico. Su producción- que estaba determinada por sus capacidades productivas y destinadas a ser consumida por el aumento salarial que las mismas empresas propiciaban. Con el desarrollo de este tipo de economías se fue gestando la necesidad de ampliar los mercados, que alcanzaron el alto grado de transnacionalización y ampliación de las economías de escala.

En el ámbito de las decisiones estas empresas se encontraban altamente centralizadas, conteniendo unidad de mando y una división funcional de las áreas. Con férreos controles que caían en cascada a todos los sectores y que no daban lugar a las innovaciones.
Este tipo de organización se manifestaba de igual manera en la división social y técnica territorial, de manera descentralizada geográficamente, la sede central o estado mayor por un lado y la producción por otro.
La diferencia fundamental de este tipo de modelo productivo radicaba en que la estrategia de venta, reposaba sobre la baja de precios y no sobre la calidad o la variedad de productos.

Principios fordianos sobre el proceso de trabajo
La incorporación de la línea de montaje intensificó el proceso de trabajo, haciendo más evidente aun la división social y técnica. Esta metodología de trabajo si bien no se diferenciaba demasiado de la impuesta por Taylor, si marcó la diferencia en los tiempos utilizados en el proceso de trabajo, ya que éstos lo imponía la dirección de la empresa de manera indirecta a cada trabajador, debido a que era la cinta de montaje quien dictaba la velocidad de trabajo a cada puesto.

Dada la separación entre el desarrollo intelectual y las tareas manuales de ejecución, fue necesario crear- para asegurar que estos puestos se vincularan en un proceso sucesivo- mandos medios denominados supervisores que acarrearon costos indirectos de producción, quienes ejercían el control y mantenían la disciplina dentro del taller.

Este modelo acentúo aún más la división practicada por Taylor, permitiendo la concentración de la toma de decisiones, de manera externa al taller o por arriba de éste; Cuya responsabilidad recaía sobre profesionales y técnicos, quienes no hacían partícipes a los trabajadores de línea ni requerían de éstos sus experiencia ni saberes productivos.

La Relación Salarial
Este modelo se desarrolló en un período de casi pleno empleo, las fábricas de producción de bienes de consumo durable, organizada para trabajar con mano de obra masculina, en general trabajadores inmigrantes, de bajo costo y fácil de reemplazar en caso de conflictos laborales o ausentismo.
Este modelo se caracterizó por altos salarios, medida necesaria para hacer atractiva la permanencia de trabajadores calificados en una empresa de las características mencionadas. El pago de éstos se realizaba tomando en consideración el tiempo de trabajo, no como sucedía en el taylorismo, que se abonaba por unidad producida. La jornada se especifico en 8 horas, y se calculaba sobre una parte fija denominada “básico de convenio”.
La modalidad contractual establecía la estabilidad del trabajo a tiempo completo, modalidad que perduró por muchos años, hasta de década de los setenta.

La línea de montaje había simplificado de manera muy notoria los procesos y como consecuencia de ello las calificaciones necesarias eran de menor exigencia. Ya que la mano de obra requerida debía poder ser reemplazada en cualquier momento sin necesidad de interrupciones del proceso de trabajo.
Las categorías muy calificadas estaban en manos de ingenieros y técnicos quienes ostentaban la capacidad de decisión para mantener en funcionamiento la empresa.
Fue creciendo la necesidad de implementar incentivos que se calculaban de distinta manera y a los cuales se los denomino como complemento salariales. Como la disciplina era un elemento a considerar, la puntualidad, el presentismo pasó a formar parte del salario de manera variable, tanto como la antigüedad en la empresa cobró un valor adicional y recibían gratificaciones en función de los resultados.
Esta forma de reconocimiento fueron las que determinaron la aceptación de la cultura de la empresa, estableciendo férreas pautas de vida, controlada a través del antecedente de la oficina de personal, el Sociological Departament.

A través de este departamento se instrumento, la forma de gestión que se denominó “paternalista”. Con el impulso de salarios altos y beneficios sociales se trataba de asegurar la paz social dentro de la empresa, involucrando a los trabajadores y logrando su subordinación a la política empresarial.
Esta línea se logro imponer mediante la formalización de un reglamento interno que debía ser aceptado al momento de la incorporación, el cual contenía distintas normas de premios y castigos ante la inobservancia de éste, que se manifestaba con retrasos en las promociones, suspensiones sin goce de sueldo o el despido.

El acuerdo obrero patronal o pacto social fordista
Todas estas medidas descriptas más arriba fueron puestas en marcha a través de múltiples concesiones negociadas entre la dirección de las empresas y los representantes sindicales, que adoptaría la forma legal de Convenios Colectivos de Trabajo.
Es a través de estos convenios que se actualizaban los salarios según la indexación del periodo anterior, esta medida permitía mantener una demanda solvente y constante de la producción y de la productividad aparente, mientras que garantizaba la estabilidad en el empleo. Estas concesiones eran la contrapartida de la aceptación, por parte de los trabajadores, a través de sus representantes sindicales de:

las prerrogativas de la dirección de la empresa para decidir en materia de productos, tecnología, y por sobre todo en la organización de la producción,
la aceptación de la relación salarial fordiana con el proceso de trabajo, las normas de producción, de consumo y de vida que se imponía.
La disciplina del trabajo industrial.

Una manera que se estableció y perdura hasta hoy para garantizar la paz social por parte de los sindicatos, es el descuento del salario por parte de la empresa de la cuota sindical, y depositarlo en una cuenta del sindicato.
La forma que se adopto para actualizar este pacto se denominó Negociación Colectiva de Trabajo, que facilitaba la difusión de estos acuerdos para el resto de la economía.
Las reivindicaciones sindicales se veían favorecidas en los períodos de pleno empleo, donde las empresas lograban buenas ganancias, y se pactaban en las negociaciones colectivas para todo el sector.

Cuando hubo de agotarse los presupuestos asignados a la empresa en la que esta debía asegurar la provisión de servicios cuasi gratuitos de prevención, garantizar la salud, la alfabetización, los prestamos para adquirir vivienda, la formación profesional y una vez consolidada la relación salarial, que permitiera la reproducción de la fuerza de trabajo y el establecimiento de las nuevas pautas sociales, estas obligaciones se trasladaron el Estado Providencia, quien a través de los sistemas nacionales garantizará la salud, la educación, y de una vejez contenida por jubilaciones o pensiones. Para la empresa permanecerá la obligación interna de garantizar, el transporte, el refrigerio, los comedores, proveedurías, y prestamos personales.


Las dimensiones macroeconómicas del fordismo
Durante treinta años se mantuvo, lo que dio en llamar el “circulo virtuoso del crecimiento”, que la producción masiva y su realización de un mercado creciente y competitivo y estable que tenía controlada las variables macroeconómicas que podrían producir crisis.
Luego de la segunda guerra mundial, este modelo aseguró a los países integrantes de la OCDE el incremento de la producción, la productividad aparente del trabajo, las tasas de ganancias empresariales, las tasas de inversión, el empleo y lo salarios reales. Este mecanismo de actualización salarial permitió contener los conflictos sociales. En períodos anteriores a este modelo se producían grandes crisis de sobreproducción, el pacto social fordista permitió evitar la generación de estas crisis prolongadas, pues por la vía del incremento salarial se ajustaba la demanda social a la producción disponible.
Este fue un modelo de largo plazo que no permitió que las empresas hicieran correcciones para aumentar sus ganancias de manera individual, pero analizado en el largo plazo, se produjeron grandes modificaciones tecnológicas y en la organización de la producción.

Esta etapa de acumulación fordista obliga al estado a tener una gran injerencia, adoptando políticas activas que posibilitaban la permanencia del modelo, entre otras se destacan:
1- la construcción de la infraestructura económica y necesaria para la implantación y desarrollo de grandes industrias
2-una política monetaria y control de la tasa de cambio;
3-una política de incentivos crediticios de promoción de actividades, una política fiscal de gastos que permitiera mantener la demanda solvente con el propósito de estabilizar este régimen de acumulación, regular las crisis económicas y compensar los desequilibrios;
4-la protección aduanera de la producción nacional y la promoción de las exportaciones
5-la producción directa de bienes o prestación de servicios mediante la empresa pública, de insumos o productos estratégicos aunque poco rentables, que respondían a necesidades colectivas en cuanto a la reproducción de la fuerza de trabajo.

Este Estado Providencia o Estado Benefactor hizo frente a los gastos en salud, educación, recreación, vivienda social y posteriormente al seguro por desempleo.

El mantenimiento de este modelo de acumulación requirió poner énfasis en la vida extramuros de los trabajadores, por lo que la política de altos salarios y bajos precios garantizaba la venta de esa producción masiva, por lo que la norma de consumo tenía dimensiones macroeconómicas.
Los trabajadores no solo eran los productores sino también los consumidores potenciales de esa producción, por lo tanto era necesario mantener el empleo y generar otros nuevos, aumentar el poder de compra y seguir reduciendo los costos unitarios.

Condiciones necesarias para instalar un modelo fordista de producción
Este modelo se desarrollo en primer lugar en empresas industriales automotrices, que difundieron entre la competencia esta forma de producir y luego entre algunos países europeos en la misma rama de producción. Después de la crisis del treinta cobró mayor vigor y se instrumentó en otras ramas de producción de bienes manufacturados de consumo durable.
Cada empresa de proceso continuo ha alcanzado una productividad que depende mucho de las instalaciones y del sistema de control, más que de los propios trabajadores.
A pesar de la difusión hecha del fordismo a nivel internacional, no se llevó a cabo de una manera homogénea, ni generalizada ni rápida. Por el contrario y de igual manera que sucedió con el Taylorismo, en cada país que se instaló esta forma de producir ha tomado las características nacionales propias. Solo a partir de la finalización de la segunda guerra, hubo un desarrollo generalizado y masivo de la industria manufacturera de consumo durable – automóviles, aparatos electrodomésticos- y de la agroindustria.

Algunos autores sostienen que el modelo de acumulación fordista se sostuvo mediante la política emergente de los países dominantes y no de la libre acción de los mercados. Expresan que fue una construcción institucional basada en la hegemonía de Estados Unidos, que por las características de su economía y poderío militar podía arrastrar a otros países imponiendo el uso generalizado de su moneda en el comercio internacional.

La caída del modelo y sus manifestaciones
Hacía fines de la década de los sesenta las empresas organizadas bajo la forma fordista-taylorista, comenzaron a encontrar límites económicos técnicos y sociales para continuar con los objetivos que se habían planteado (economía del tiempo y reducción de los costos unitarios).
La caída de la tasa de ganancia, entre cuyas causas podemos citar el incremento de de la fuerza del trabajo, producto de la resistencia obrera de lo años ’60. Esta intensificación en la lucha llevó a una reducción de los niveles de productividad del capital (Antunez, 2005).
Otro elemento a considerar al momento de analizar cuales fueron las causas de la caída del modelo es el agotamiento del patrón de acumulación taylorista fordista de producción. Cuya manifestación más inmediata fue el desempleo estructural que se iniciaba. (Idem)
Asimismo los cambios producidos en el crecimiento del capital financiero internacional, en detrimento del productivo. La concentración de capitales a través de fusiones.
El nuevo rol que asume el Estado producto de la crisis. De un Estado Keynesiano, se pasa un modelo de ajuste de las cuentas públicas y de trasferencias a capitales privados y un crecimiento de las privatizaciones.(Idem)

Los límites microeconómicos
Los límites económicos se agudizaron a partir de la crisis de 1974, disminuyendo la tasa de crecimiento económico y la tasa de crecimiento de la productividad. Esto significó el paso progresivo de un régimen de acumulación y crecimiento a otro.
En el marco de una economía altamente desarrollada fue necesario diversificar los bienes ofertados. La demanda masiva de bienes durables como automóviles, aparatos para el hogar, etc. poco a poco fue descendiendo y esto provocó un estancamiento en el consumo y llevó a la sobreproducción y saturación de los mercados.
Una de las consecuencias más importantes fue el aumento de la desocupación en los países más industrializados, ya que el aumento de la tercerización no logró suplir la caída de los empleos industriales.

Los límites sociales se manifiestan a partir de poner en el escenario los reclamos por parte de los trabajadores de mayor autonomía y responsabilidad, mayor involucramiento del trabajador, reclamo por un trabajo más creativo e individualista. Un rechazo por las tareas prescriptas, atenuando la división social y técnica del trabajo.
Los costos ocultos de las empresas- ausentismo, sabotajes, pérdidas o sustracción de herramientas, materias primas o insumos, etc.- fueron la manera en que se manifestaron los reclamos de los asalariados.
Los convenios colectivos dejan de cumplir el rol original de proteger, actualizar salarios e imponer las pautas de producción por parte de los empresarios, abriendo la posibilidad futura de acuerdos por empresa y de flexibilidad laboral, que traerá como consecuencia un deterioro general en las condiciones de trabajo.

Los límites técnicos que encontró el modelo a partir de su gigantismo estructural, el empleo de maquinaria rígida, así como la escasa predisposición empresaria a innovar en los productos, se expresa en la imposibilidad de adaptarse a un nuevo panorama productivo., de nuevas pautas de consumo que obligan a diversificar la producción , haciendo necesaria la flexibilidad en las unidades productivas. En tales condiciones es difícil mantener el precio de venta, y por lo tanto los niveles de demanda, y los niveles de competitividad.
El modelo es cuestionado por los trabajadores, pero también por los empresarios, que necesitan transformar el modelo en otro que de respuesta técnica y económica dentro de un nuevo paradigma. Se requiere una actitud innovadora, orientada a la satisfacción de los clientes con altos niveles de calidad, cumplimiento en los plazos de entrega y servicios pos venta.

Los límites organizacionales del modelo taylorista fordista estuvieron vinculados, una vez más a los cambios producidos en las pautas de consumo y de producción. Sus principales características organizacionales (producción integrada, autoabastecimiento, mantenimiento de stoks, bajas pretensiones de calidad) resultan incompatibles con la
necesidad de adaptarse a los cambios permanentes del mercado.
Las empresas deben achicar su tamaño, establecer relaciones más estrechas con otras empresas, evitar la acumulación de producción y de insumos, adaptarse a un escenario globalizado.
Como consecuencia de ello se requiere de los trabajadores una adaptación que se traduce en iniciativas, creatividad, mayor calificación, motivación, autonomía y responsabilidad.

Que represento la crisis del Taylorismo-Fordismo
Las transformaciones producidas en el modelo de acumulación y en el modelo de estado keynesiano, fue la forma en que se manifestó la crisis estructural del capitalismoque empujaba hacia debajo la tasa de ganancia. Esta crisis trajo como consecuencia la desarticulación de una estructura de regulación que había reinado durante tienta años. La respuesta a ésta fue en el plano político a través de la instalación de un modelo neoliberal, con sus privatizaciones, desregulación de derechos laborales y desarticulación del estado.
Citando James Petras” Es el Estado quien crea el marco adecuado para la expansión y consolidación de las multinacionales estadounidenses en América Latina. También es el Estado quien apoya materialmente a los regímenes latinoamericanos para que repriman a los oponentes al neoliberalismo. Este continuado y expansivo papel del Estado nos ofrece argumentos contra la doctrina repetida por los teóricos y protagonistas del neoliberalismo y la globalización”. Esto es un Estado cada vez más presente no un estado “bobo”, como se pretende hacernos creer.
Fue a través del Estado que se instalaron nuevas formas de organización de la fuerza de trabajo, tales como toyotismo, reingenieria, la especialización flexible, el kan ban,, el just in time, los equipos de trabajo, etc, etc.

Por lo tanto la crisis del taylorismo fordismo, deja en descubierto una crisis estructural del sistema capitalista y queda claro el rol del Estado en los períodos referidos, como garantizador y sostenedor de la tasa de ganancia del capital.





BIBLIOGRAFIA

Antunez,Ricardo “Los sentidos del trabajo. Ensayo sobre la afirmación y la negación del Trabajo”. Ed. Herramienta- TEL, Taller de Estudios del Trabajo- Buenos Aires, 2005.

Neffa, Julio C,” Los paradigmas productivos taylorista y fordista y su crisis” Asociación Trabajo y Sociedad. Programa de Investigaciones Económicas sobre Tecnología, Trabajo y Empleo. CONICET. Ed. Lumen 1998- Argentina

Sotelo Valencia, Adrian” La reestructuración del mundo del trabajo. Superexplotación y nuevos paradigmas de la organización del trabajo” ENAT -Universidad Obrera de México. México 2003.

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